Los ojos quedaron abiertos, cuajados, fríos; los labios, remangados, descubrieron los dientes.
Y así acabó mi pequeño enamoramiento. Parece que ocurrió hace una eternidad, pero tan sólo fue hace cuatro años. Él ha de sanar, con tal que coma y tenga remediadas sus necesidades. Yo disimulo con facultad supremo, en el cual hallo una distracción digna de mí. Ni bonita, ni fea.
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Muy curioso el tema
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