Olvidemos sus novelas prestandole nuestra atencion a los articulos de levante diario. Y yo dije: "Eso lo hice contra mi voluntad".
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El camino de la vida de la vida le había resultado dificultoso, al tiempo que ameno. Todos necesitamos un camino, una mano que nos guíe. Por lo visto, su mujer se tiró desde un noveno. La luz del sol le dió directamente en los ojos y se despertó.
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Después volvió a circular la copa y la subcopa. Ya estoy preparado. Y era muy contundente y daba gusto oírla. Y luego, arrojando la tinaja acullá de él, pidió perdón a Alah por su momento de rebeldía y lanzó la red por vez tercera, y al sacarla la encontró llena de trozos de cacharros y vidrios. Al oír este canto tan triste, la mayor de las doncellas se desgarró las ornamentos, y cayó desmayada. Releyó el título del libro recién valido. No la mataré sin acaecer oído la continuación de su historia, que es verdaderamente maravillosa".
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Comprobó que una mano enemiga lo había vaciado. Ignorado,humillado,así le gritaba el papel que sería su futuro. El escribir, recordaba,era cuestión de pluma. Pajarear por territorios vírgenes. Pero ésta, sin esmerarse de ello, la tumbó a sus pies, y empezó a darle latigazos en la cabeza, y la perra chillaba y lloraba, y la joven no la dejó de azotar aun que se le cansó el brazo.
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Cuando la desesperación comenzaba a reinar, uno de los reunidos recordó a un pariente lejano que vivía cerca. Y ella contestó: "La albahaca de los puentes". Aquellos soldaditos que ahora morían lejos ya no estaban; ya no hablaban; ya no latían ni temblaban, ni la tentaban, ni la miraban, ni deseaban su piel tan tibia. Traspasar aquel limes que conduce a lo ignoto. Por los visillos de la ventana se filtraba una luz a la que se negó a poner adjetivos. Siempre pareció muy feliz.
Cuentan que al llanto de angelito siguieron gritos de cerdo, que se oyó invocar a Deidad de manera frenética. Ahora estoy en su umbral, en mi umbral, en el umbral. Parece un espejo. En el comienzo del inconsciente, Judas intentó robar varios segundos al viento. Les deseó la paz y les preguntó por qué estaban sentados en aquel sitio. Así estuvo haciendo durante tres años, y todo eran lamentos y voces de horror. Quiero que busques la forma de entrar y sorprenderlos".
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